
This year marks the 40th anniversary of the shooting death of a 12-year-old boy in Dallas, which galvanized the Hispanic community.
Sucedió un caluroso día de julio del año1973 en Dallas, Texas. Dos jóvenes mexico-americanos, Santos de 12 años, y su hermano mayor de 13 años David, estaban siendo acusados de robar de una maquina de refrescos en una gasolinera cercana a su hogar.

A pesar que los adolescentes negaban haber cometido tal crimen, fueron esposados, sacados de su vivienda, y llevados a un vehiculo del Departamento de Policía de Dallas.
El oficial de policía Darrell Cain quería lograr que los adolescentes confesaran finalmente haber cometido el supuesto delito, e inexplicablemente decidió jugar a la "ruleta rusa" utilizando su arma de servicio identificada como Magnum .357.
La primera vez que disparó el arma no sucedió nada; al gatillar su arma por segunda vez Santos fue herido de muerte, mientras que una hemorragia de sangre inundaba los zapatos de su hermano, el cual se encontraba sentado junto a el.
Cuatro días después del asesinato de Santos, los mexico-americanos de Dallas, que en esa época no alcanzaban a las 80 mil personas, se unieron por primera vez para organizar una marcha de protesta frente a la alcaldía de la ciudad.

A pesar del calor, miles de personas salieron a la calle y marcharon, mientras coreaban "justicia para el pueblo". A pesar que la marcha se inició pacíficamente, se produjeron incidentes de violencia, lo que terminó con el arresto de 30 personas y 5 policías heridos.
La población mexico-americana en esa época estaba principiando a crear una comunidad, a través de la compra de casas, y la obtención de mejores trabajos.
En la actualidad los mexico-americanos de Dallas representan más de un tercio de la población de la ciudad, y casi la mitad de la fuerza policial son oficiales salidos de las minorías.
El oficial de policía Darrell Cain fue encontrado culpable, y codeando a 5 años de presidio, pero fue dejado en libertad después de solo cumplir 2 años y medio de su sentencia.
A partir de esta tragedia se inició la transformación del Departamento de Policía de Dallas, lo que demoró muchos años en concretarse. De acuerdo a lo expresado por Albert Valtierra, Presidente de la "Liga Histórica Mexico-Americana de Dallas": "El asesinato de Santos Rodríguez galvanizó a nuestra comunidad...hubo bastantante resistencia de los poderosos, de tal manera que tuvimos que salir a la calle a reclamar poder para nosotros".
Mientras recordamos este asesinato de hace 40 años, pensamos en la trágica muerte de Trayvon Martin en Florida en el año 2012; pensamos en como unas acciones tan insensatas puede destruir para siempre unas vidas tan jóvenes y valiosas.
Esperamos que las familias de ambos jóvenes encuentren un respiro en el saber que cambios positivos pueden surgir de tan terribles circunstancias.

English:
The tragedy of Santos Rodriguez
It was a hot July day in 1973 in the city of Dallas,Texas.

Two young Mexican-American boys, 12-year-old Santos and his 13-year-old brother David were accused of robbing a vending machine in a gas station near where they lived.
Despite the denial of the crime by the boys, they were taken from their home, handcuffed, and put into a Dallas police car.
Officer Darrell Cain wanted the boys to confess to the theft, so he played Russian roulette with his .357 Magnum gun.
The first time he fired nothing happened; the second time he pulled the trigger Santos was killed and his blood soaked the shoes of his brother, David, sitting next to him.
Four days after the murder, the Mexican-American community of Dallas, only about 80,000 in 1973, came together for their first organized protest and marched to city hall.
Despite the heat, thousands of people marched and shouted “justice for the people” in Spanish (“justicia para el pueblo”).
Although the march began peacefully, it became violent and over 30 people were arrested and 5 police officers were injured.
The Mexican-American population at that time was just beginning to create a community by buying houses and getting better jobs.
Now the Mexican-American people of Dallas make up more than a third of the city’s population, and almost half of the police officers are minorities.
The police officer that killed Santos was eventually convicted of murder, but he only served 2 ½ years of a 5-year sentence.
From this tragedy, came a transformation of the Dallas Police Department, a process that took many years.
According to Albert Valtierra, who is the president of the Mexican American Historical League in Dallas: “The killing of Santos Rodriguez galvanized our community ... there was still resistance from the powers that be, so we had to go out and claim the power for ourselves.”

As we remember this senseless killing of 40 years ago, we also think of the death of Trayvon Martin last year in Florida and how his young life was cut short so tragically.
May the families of both these young men find comfort in the knowledge that positive change can come from terrible events.
